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Cómo limpiar una barbacoa de gas

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¿Preferiste comprar una barbacoa de gas antes que una de carbón o de leña? Puede tener sus ventajas, pero no te va a eximir de tener que limpiarla, así que estate atento que te vamos a contar algunos trucos y consejos para aprender a limpiar tu barbacoa de gas a la perfección.

Los pasos a seguir son muy sencillos. Ahora, todo depende si vas a hacerle una limpieza sencilla o una más general.

¿Se debe limpiar muy a menudo?

Lo cierto es que no. Las barbacoas de gas son bastante más limpias que el resto de modelos que hay en el mercado. De hecho, la limpieza exhaustiva solo debes realizar dos veces al año.

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Por otra parte, una limpieza general es recomendable tras cada uso. De este modo las piezas no se oxidan ni se estropean. También depende mucho de las veces que la usas al año.

¿Qué se necesita para limpiar una barbacoa de gas?

Tanto si es para una limpieza sencilla como general, es recomendable que tengas a mano estos objetos:

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  • Guantes (es opcional pero recomendable)
  • Agua tibia, con un poco de jabón
  • Una esponja
  • Un cepillo para parrillas (cepillo metálico)
  • Producto para limpiar vidrio
  • Producto para limpiar acero inoxidable
  • Papel de cocina
  • Un estropajo
  • Un paño de felpa
  • Aceite vegetal en un aerosol

Limpieza general de la barbacoa de gas

Lo primero que te vamos a explicar es como hacerle una limpieza general, la que sería después de cada uso. Es algo sencillo y rápido de hacer. Solo debes seguir unos sencillos pasos.

Lo primero será quemar el exceso de comida y grasa que se haya podido quedar pegado en la barbacoa. Para ello, enciende la barbacoa a fuego fuerte y que esté así por 15 minutos. Esto quemará los residuos de comida. Pasado el cuarto de hora, apaga la parrilla.

Procede a limpiar las rejillas de la parrilla, cuando esté tibia. Apaga el suministro de gas y lo desconectas. Utilizando un cepillo metálico retira todos los restos de grasa o de alimento, así como cualquier rastro de ceniza que pueda quedar.

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En el caso de haber restos que se resisten, retira la parrilla y la sumerges en un cubo de agua con jabón, restregando una esponja. Otra solución es dejarla a remojo con agua muy caliente, para que se ablanden los restos.

Bien limpia la parrilla, hay que ocuparse de del área exterior de esta. Lo mejor es usar agua con jabón, restregando con una esponja. Es como si estuvieras fregando tus platos. Limpia bien toda la zona y luego seca con un paño seco.

Con esto ya habrás terminado con la limpieza general de tu barbacoa. Si no vas a usar la parrilla en un tiempo, te recomendamos que la tengas cubierta, para evitar que se estropee.

Una limpieza más exhaustiva, ¿qué hacer?

Ha llegado el momento más pesado: tener que hacer una limpieza más exhaustiva a la barbacoa. Este tipo de limpieza puedes hacerla dos veces al año sin problemas.

barbacoa de gas limpieza

Comienza revisando los tubos de alimentación

Antes de ponerte a limpiar, deberías comprobar cuál es el estado de los tubos de alimentación. Comprueba si tiene algún daño visible o algún defecto, y así podrás cambiar las piezas antes de ponerte a usar la barbacoa de nuevo.

¿Cómo sabrás que las piezas están en buen estado? Pues que el tubo no esté doblado (esto evita que el gas fluya correctamente). Comprueba también como está la conexión con el tanque de gas, para evitar que haya fugas de gas en el futuro.

También es posible que pueda haber alguna “abertura” que no se perciba a simple vista. Para comprobar que no existe ninguna fuga, vas a utilizar una mezcla de agua con jabón. Bate un poco de agua con jabón, hasta conseguir una mezcla espumosa.

Utilizando una brocha, aplica la mezcla en los tubos de alimentación. Enciende el gas y aplica algo más de esta mezcla de nuevo. Si ves que se forman burbujas en los tubos, es que hay una fuga de gas y debes cambiar la pieza.

Unos preparativos previos

Habiendo comprobado ya el estado de los tubos de alimentación, vamos a empezar a hacer unos preparativos previos a la limpieza.

Apaga el gas y retira la bombona, para que la limpieza sea más cómoda. Deberías probar el botón de encendido, con el fin de comprobar que no genera ninguna chispa. Comprobado que todo está correcto, vuelve a conectar el tanque y pon la barbacoa en marcha.

Comienza limpiando la parrilla

Lo primero de todo será limpiar la parrilla. Para ello, vas a poner en marcha tu barbacoa y calentarla por cerca de 20 minutos. Igual que cuando haces una limpieza exprés.

Ya bien caliente, apaga y espera por unos 10-15 minutos hasta que la parrilla esté templada. Mientras esperas, puedes desconectar el combustible y dejar la bombona a un lado. Quieras o no, es un peso extra que hace más difícil mover la barbacoa.

Estando templada, la sumerges en una mezcla de agua con jabón y usando una esponja restriegas bien, para retirar cualquier rastro de suciedad. También puedes hacerlo sin agua, usando un cepillo metálico. Pero con agua, sobre todo si está caliente, es más fácil retirar cualquier rastro de comida grasiento o carbón.

Sigue con los protectores

Tras tener bien lista la rejilla, es hora de limpiar los protectores de las hornillas de la parrilla. Para ello, utiliza una esponja remojada con agua y jabón. Te ayudará a limpiar la suciedad rápidamente.

En el caso de que la pieza tenga mucho óxido, o notes que tiene agujeros, deberías cambiarlo por una pieza nueva. Si es solo óxido, puedes intentar repararla. Pero si ya tiene daños, es el momento de que hagas el cambio.

A limpiar los tubos Venturi

¿Que qué son los tubos Venturi? Estos son los tubos que salen de  las hornillas, los cuáles están conectados con las válvulas de control de la parrilla.  Es el responsable de que el aire se mezcle con el gas y ayuda a modificar la intensidad de la llama.

Para su limpieza, tendrás que retirar las hornillas y los tubos de Venturi. Coloca la cabeza de una manguera en uno de los extremos del tubo y usa el agua para eliminar cualquier resto de residuos que hayan en su interior.

En ocasiones, muchos insectos se introducen en estos tubos, e incluso pueden anidar en su interior. Especialmente durante el otoño o finales de verano. Por eso es importante comprobarlos con frecuencia.

Es el turno de la caja de cocción

Ya casi estás terminando. Debes limpiar la caja de cocción, para lo que tendrás que retirar las rejillas y utilizar un cepillo de cocina de acero inoxidable. Asegúrate de limpiar cualquier resto de grasa o residuos que puedan haber quedado en el interior de la parrilla.

Todo lo que vayas limpiando lo depositas en la bandeja inferior de recolección, la cuál puedes retirar y desechar. Es posible que algunos restos se queden pegados, por lo que deberías utilizar una espátula afilada o un estropajo.

Tras esto, sería recomendable que laves la bandeja inferior, con agua muy caliente o usando agua con jabón. Una vez bien seca, la podrás volver a colocar en su sitio.

Termina limpiando la zona exterior de barbacoa

Aunque no sea vea muy afectada por la grasa cuando cocinas, tu barbacoa está expuesta a los cambios de clima. Por ello es recomendable que también la limpies utilizando algún producto para acero inoxidable.

A fin de cuentas, no querrás que por culpa de la lluvia, la humedad o por estar muy descuidado, se vaya oxidando y tengas que comprarte una nueva, ¿verdad?

Más consejos para la limpieza de tu barbacoa de gas

Aunque pueda parecer obvio, antes de ponerte a limpiar una barbacoa de gas deberías leerte bien las instrucciones del fabricante. Aparte de indicarte como lavarla, te indicará también los productos que deberías utilizar y los requisitos específicos a cumplir con cada pieza con el fin de no dañarla.

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  • Si no quieres tener muchos problemas a la hora de limpiar tu barbacoa de gas, deberías utilizar productos específicos para barbacoas de gas. Algunos sirven para las rejillas, otros para las barreras de las parrillas o incluso para los tubos.
  • Puedes utilizar algún truco casero para limpiarla, como por ejemplo limón o cebolla para la parrilla. Vienen muy bien cuando hay mucha grasa y no tienes quitagrasas a mano. Además de ser mucho más higiénico y saludable.
  • ¿Quieres que no te cueste tanto limpiar tu barbacoa de gas tras cada uso? En ese caso deberías de cocinar los alimentos utilizando aceite vegetal. Este aceite no es solo que sea más sano para cocinar, sino que además evita que los alimentos se adhieran a las rejillas.
  • Recuerda que no hace falta estar todos los días haciendo una limpieza de la barbacoa. Deberías hacerle una limpieza más exhaustiva después de 5 o seis usos. Como mucho, retrasa este trabajo hasta los 10 usos. Sino, su vida útil se reducirá de manera considerable.
  • Aunque te recomendamos calentar la parrilla para que sea más fácil retirar la grasa que está pegada, recuerda esperar a que esté templada. En invierno tardará menos, así que vigila el tiempo. Si se enfría mucho, tendrás que calentarla de nuevo para no tener problemas en quitar la grasa.
  • No cometas el error de utilizar limpiador para hornos con estas barbacoas. Solo estropearás la estructura.